Terror en la luz.

El cielo es infinito para el pájaro entre rejas.

jueves, 26 de agosto de 2010

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Fíjate cuánto se pierde. Esos momentos locos en los que mientras tanto, alguien se ahoga.


No me dejes ir para atrás, me mareo mucho. El sillón de atrás, en los autobuses, tiene un efecto rueda que provoca cierto nerviosismo craneal psicológico que a la larga se convierte en arcadas. Yo se lo pedí, y no hizo caso. Es difícil de entender cuando la petición sale de mi boca, pues la complejidad del panal de abejas que poseo es directamente proporcional a lo absurdo de la misma. Dos cosas tan diferentes en un mismo lecho. No puede haber un positivo resultado.
De primeras lo advierto, pero nadie quiere hacerme caso. En el amor pasa que se enamoran, en la amistad que envidian y en la familia la ignorancia total. Así termino en total disconformidad con los de mi sangre, en pasotismo con intereses en los amigos y en rotura de corazón en el amor. Pero que conste que yo lo advertí.
Ahora solo quiero estar sola, a ver si entienden. Aislamiento lúgubre con la sombra de cuando tenía unos 15. Porque estoy en plena madurez y no quiero que nadie lo vea.
Así que, tú, déjame. Más de 24 horas sin vernos, estaremos, y con cero comunicación. Apagaré el teléfono, romperé las redes sociales por día y medio.
Ellos, que me olviden. No los necesito.

lunes, 2 de agosto de 2010

Qué será, será.

Lo que sientas en cada momento simplificará tus irreversibles ganas de morder.

Será por fingir seguir ciertas ideas,
o por entrar en un enamoramiento prematuro.
Será por el miedo al futuro,
o por las palabras inciertas.
Será que tú ya no eres mi mujer,
que alguien te me ha llevado,
será que por ti desde ayer no he llorado,
o que tú ya no sabes ni quién puedes ser.
Será un desastre de vida,
un trabajo no dignificante,
será que viento me arrastre,
o que despierte mi ira.
No será, o tal vez sí, el pasado obsoleto,
que arranca de lleno mis lujurias.
Será que perdí las penurias,
en un bar de esqueletos.
Será que me pierdo en sus gestos,
que me atrae su locura,
que bien mi padre podría ser cura,
y su hija un caldo de deseos.
Será que nací rana,
que ni ella ni él ni el perro me soportan,
será que mi vida ya no les importa,
o que soy impura como Juana.

Solo sé que es cierto que no hay combinación de horrores. Que si paz y guerra son buenas, que si amor y odio van de la mano por el interés.
Solo sé que si una cosa, no otra. Que si soy feliz por aquí, por el otro lado me odian. Que si tengo novio cambio y ellos... No lo soportan.