"No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis,
alegrías intensas y tristezas profundas"
Por suspirar, vendemos el alma a buen precio. Por amar, la regalamos. Sin darnos cuenta, sin ser conscientes. Resulta extraño imaginarse eufórico, pleno, cargado de montañas rocosas de pasión para derramar constantemente, sin un solo alivio, sin una simple pausa. No es necesaria. No hay piedad para quienes aman, no puede haberla. El amor es un todo tan simple que aporta lo máximo que contiene con la facilidad de un soplido. Es tan mágico como el mecanismo eterno de las manillas de un reloj. Porque, si amas, no fuerzas. Porque, si sientes, no te puedes callar. Ponerle cremalleras al amor es prostituir la sangre que saldría gritando maravillas. En lugar de eso, solo es sustancia caducada. Un sentimiento no existe si no es ejecutado. Un te quiero es invisible si no se tatúa en el corazón del otro utilizando como medio la palabra, el gesto, la mirada o el detalle. El amor no se da por hecho. Si amas, demuestra. Demuestra a cada instante, demuestra en la eternidad. Y no es algo que debas imponerte, pues tu interior necesitará depositar todo ese amor que reboses en el otro. Y para quienes somos así, para los que amamos sin límites, no existe el amor en paz; no sería coherente.
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