Terror en la luz.

El cielo es infinito para el pájaro entre rejas.

viernes, 27 de abril de 2012

Un airbag salvó mi vida.

Este es mi último ataque, mi último dolor de barriga.



En el profundo profundo sueño del inocente (completamente aterrorizado), he nacido de nuevo.


Si todo se entiende por una cadena, no seré yo quien peligre el rumbo. Simplemente observaré, me cobijaré en mis tiempos pausados y dormiré en el silencio de un planeta imperceptible. Porque no me amarro al viento, solo le soplo a su favor. Porque no me cierro al espanto, solamente lo compadezco.
La sintonía física está en el fondo eclipsada por la figura y juntas, no representan más que el acuerdo humano de sintetizar sentimientos. Es extraño. Decidimos que nadie sea ya nadie para permitirle tocarnos, mirarnos, amarnos. La virtud virtual está por encima de nuestras posibilidades y por eso nos atrae como un ser único, ideal, platónico. Preferimos invitar a ser invitados. Nos decantamos por colocar el trozo de pan al lado del huevo y crear con ello una imagen perfecta antes que mojarlo en la yema. Es absurdo. Y eficaz, sí, eficaz también.
Y la dinámica del corazón se reduce a un límite infinito del que no saldremos. Somos conscientes de que, chocarse contra un árbol, un muro u otra persona, deja al individuo lejos de la razón o la sin razón. Sabemos que le deja a la altura de un objeto que se mimetiza con el ambiente. Uno más de las múltiples almas robotizadas que caminan sin rumbo, de forma sistemática hacia el lugar que tenga que ser. Y no abriremos nuestros ojos jamás. Volamos con gafas de cristales opacos. Y nos fijamos en nuestros adentros sin posibilidad de transmitir con un solo gesto. Las palabras importan, lo importan todo. Y queremos no saber que una palabra sin gesto es difícil de comprender, pero nos da igual. Es exclusivo. Y también insólito. Terminaremos profundizando y siendo expertos en grafología. Y tal vez nos enamoremos eternas veces de ilimitadas personas así, de esa forma.
Seremos capaces de sentarnos sobre un charco de pis sin enterarnos. Ni siquiera notaremos la humedad que asciende por las telas. Ni siquiera eso. Olvidaremos cómo salir o cómo entrar. Renunciaremos a no saber nada, todo está ya escrito y muy a mano y por ello nos creeremos héroes. Pero lo seremos solo de forma ficticia. Porque el verdadero héroe es el que mira a su alrededor y comprende. Es el que analiza los recovecos del mundo sin necesidad de compartirlo, importarlo o reportarlo. Es quien con una sola hoja de árbol cayendo comprende la sinceridad de la verdadera Naturaleza.


miércoles, 25 de abril de 2012

Dani y Roberta

Voy a hablaros de una obra de teatro que fui a ver antes de ayer en el Teatro Español. Fui con dos amigos. La obra costaba 12 euros. Su precio original es 16, pero ese día había precio reducido. Y ayer miércoles también. 12 euros está muy bien, supongo. No entiendo de teatro mucho, pero vamos, no me molestó pagarlos porque la obra estuvo muy bien. En realidad no estuvo tan bien, pero tampoco tan mal. Digamos que le pondría un 6 sobre 10. Creo que sería una nota razonable.

¿De qué trató?

Bueno. A ver. Recordáis Romeo y Julieta,  ¿no? Vale, pues no tiene nada que ver. Hombre, sí, que la base de la obra es el amor, pero nada más. Resulta que un macarra de Usera pulula por otra zona de las afueras de Madrid y se encuentra con una mujer de 31 años, sentada en una caja, fuera de un bar, fumando y con unos leggins de leopardo. Le pide, así un poco de malas, un pitillo. Primero ella no quiere dárselo, luego se lo da, después ella le habla, luego él no la quiere hablar, ella insiste, luego él habla, más tarde él le pregunta y ella no quiere hablar y así sucesivamente. En fin, que se cuentan sus vidas. Él le dice que estuvo a punto de matar a una persona. Ella le dice que se la chupó a su padre y que odia a su familia.  Al rato se besan no inesperadamente. Pero luego él la empuja. Se ve que es un hombre al que le han hecho daño en el amor y no quiere amar a nadie. Y ella se casó obligada porque la dejó embarazada el tío y nada, al final se divorciaron porque según ella sus padres no salían de su casa y a él eso le molestaba.

En fin. Acabaron haciendo el amor en casa de ella. Ella, que es Roberta, vivía con los padres. Su hijo tenía ya 13 años y ella estaba sin curro. Él, Dani, sí tenía trabajo, pero se lo gastaba todo. ¡Ah! Se me olvidaba, los dos se metían coca. Bueno, después de trincar, ella le pidió que por favor, por un día, fueran románticos, que se dijeran cosas bonitas. Así fue. Al final él parecía incluso más enamorado que ella. Hablaron hasta el amanecer. Ella se inventaba una luna que era, en verdad, una lámpara. Y le contaba historias de una ballena que veía cuando estaba fumada en su noche de bodas. Al tocar el tema de la boda... Empezaron a imaginarse a ellos mismos casándose. Él le dijo que haría lo imposible para que se casaran de verdad y le contó una experiencia que tuvo de boda. Le dijo Dani a Roberta: ¿sabes? yo quería ser la novia ese día. Porque la novia se sentía admirada y la gente la respetaba y le tiraban el arroz con delicadeza. Ahorraría. Todo por Roberta. Roberta lloraba de emoción, estaba como loca. Al final se quedó dormida, él la arropó y se tumbó al lado.

Por la mañana ella le dijo que era todo mentira, que solo quería pasar una "noche bonita" con él, pero que no se podían casar porque no tenían dinero. Él, enfadado, muy violento, empezó a darle voces. Total, que al final, ella terminó llorando arrastrándose por los suelos, él la cogió, le pegó unos buenos tortazos en el culo, luego la abrazó con gran pasión y nada, que le dijo que la quería. Le prometió que saldrían adelante con la boda. Querían que fuera gente desconocida. Ni padres, ni amigos. Gente de esa "amable" que solía ir a las bodas.


¿Quién fue mejor?

Dani sin duda. Ella forzada, difícil de creer. Él, un pedazo artista. No digo más, me reservo para la clase de Dirección escénica.

¿Qué falló?

Momentos de silencio o de acciones que se desarrollaban con una lentitud que aburría y hacía perder interés.

Conclusión:

El amor lo puede todo. Con eso me quedo. Y gracias a esta obra creció aún más mi credibilidad. Creo en el amor por encima de todas las cosas. El amor es el sentimiento más grande y que todo puede. El amor es romper cualquier barrera. Nada importa más, nada. No importa el dinero, no importa la opinión de la gente, no importan las negativas a esa pasión y deseo entre dos individuos. Ellos, en un día, se amaron. Y no fue imposible. No tenían nada, pero teniéndose a ellos mismos, lo tenían todo. Él le dijo a ella: "¿Sabes por qué no tengo dinero? Porque nunca he tenido una razón para ahorrar. Ahora lo voy a hacer por ti". Es esa superación que nadie les exige, solo ellos mismos, porque lo desean fervientemente. Ni ella le obliga a hacerlo, ni él a ella. Simplemente es un acuerdo tácito. Sus vidas giran gracias a ellos mismos. Serán felices. me quedo con esa idea y jamás la voy a abandonar. Sabré que encontré el amor gracias a esta obra. Cuando alguien se desviva por mi sin que nadie se lo pida, simplemente porque quiere y desea hacerlo y jamás utilizará esa decisión para tener argumentos con los que defenderse, sabré que será para siempre. Gracias Dani y Roberta por demostrarme más si puede ser, que el amor existe.


:)


domingo, 22 de abril de 2012

Nunca nadie.

Una canción para nadie, para ningún corazón roto.

Te enamoras de quien menos puedes. De quien no debes. Eso es así porque si no no sería enamorarse. Tiras un dado, encuentras una goma del pelo que señala un infinito enorme, sin darte cuenta, sumas un 3 y un 7, regateas cualquier otra forma de vida. Me quedo con él. El azar lo dice, la magia lo insinúa, el destino lo susurra. ¿Qué diferencia? El hecho de hoy tener que pasarme dos horas sentada en la cama, mirando hacia fuera y ver el proceso completo de un anochecer. El hecho de crear planos mentales, cual película de amor del siglo XVIII, en la que enfocas y desenfocas y en la siguiente escena, te abraza. Y el hecho, también, de no saber cómo trasladar aquí el significado verdadero del amor, de tu amor hacia alguien, ahora que lo has palpado y absorbido sin lugar a dudas.
La audacia del primer encuentro ya me debilitó. Yo no era nadie, él era un todo que conseguía envolverme hacia sí. En su interior creí ser gloria. La Fe perdida vuelve ahora como el niño pródigo, se instala perfectamente en un lugar estratégico entre mi sien y mi caos. Él era luz, agua, aire. Y un exacto ejemplo de un verdadero misterio fugaz. Cuando consiga hablar, lo cuento. Ni siquiera puedo pensar demasiado para escribir. Se me ha prohibido la entrada al mundo de los sueños, de las ideas, del esplendor.
Lo más difícil de asimilar es la primera persona de esta historia. La segunda, en realidad, no existe. A veces me da por utilizar la tercera como un "yo" externo que se pierde, que no puede más. El pronombre "tú", no tiene significado en este ensayo sobre el amor, pues se diluyó consigo mismo y su actuación perversa que duró poco, pero arrasó, con un gran incendio para el que los bulldozers no son suficientes, mi bosque interno. Crear un ambiente perfeccionando tus dotes teatrales es muy triste. Es tan triste que juro, tiemblo. Mis dedos, ahora mismo, van tocando las teclas por sí solos. Están bailando la danza desoladora de quien ha sufrido el mayor engaño de la vida. Y por segunda vez. Pero la primera se queda tan lejos, que nunca importó. Esto es verdaderamente horrible.
Y de fondo tengo música. La que ese ser creó en mi. La que hoy me hace sentirme realmente sola. Su música, como es obvio, crea en mi el mismo efecto que él mismo logra.
Y fui única, fui todo, fui. Eso repetía sin cesar. Y ahora soy única, soy todo, aquí. La habitación tiene un eco espantoso. Igual que mi corazón y mis intestinos que, por más que tratan no consiguen digerir su fraude. Qué corrupción, qué divina desilusión, qué éxtasis de tristeza.
Y oh, él. Le recuerdo como una sola pieza lanza misiles. Por cada uno, yo me desvivía. Ahora, aquella canción, en aquel lugar que creí... Para los dos era nirvana, me parece monstruosa, igual que sus actos, igual que cada palabra escupida en forma y estructura de verdad inalienable.
¿Cómo decir sentirse enamorado quien ha terminado con la persona amada? ¿Cómo ser capaz de mirar a las estrellas? ¿Cómo consentir una actitud de uno mismo que, en teoría corre en contra de tu propio juicio? La respuesta es lógica: no era lo que parecía. No fue lo que decía ser.
Y todas sus canciones, todos sus dibujos y teorías, no eran para nadie. Y yo no pedí más que lo incomprensible y diferente. Yo no quise más que la unidad de dos piezas, no del mundo con su gente, si no de nuestro mundo particular. He utilizado la primera persona del plural y no debía. Perdón.
El amor es quitarle importancia a todo lo demás menos a lo que amas. El amor es respeto de almas. El amor es locura insaciable cubierta de alas para escapar de todo incordio. El amor no es la suma de las partes, sino un todo imposible de fragmentar que pesa más que cualquier fragmento individual. El amor es un acuerdo de ambos, un acuerdo sincero del que jamás lograrás arrepentirte. El amor es arte y por eso, si fuera verdadero, sería caos. Sería algo donde nadie podría opinar más que las dos personas que se aman. El amor no es intención, es adelantarse a cualquier cosa, sin tener que premeditar. El amor es sorpresa, lo inimaginable, lo absurdo.
Me enamoré. Como jamás. Pero ahora, todos mis esfuerzos se centrarán en volver hacia atrás sobre mis propios pasos. Él no tendrá que hacer nada. El no sabe aún qué es amar. Ni lo sabrá.

jueves, 19 de abril de 2012

Hola mamá.

Hola mamá.

Mira que me lo has dicho veces. Mira que te he hecho caso pocas. Y es que tienes algo en ti que cala a la gente, a las personas. Creo que ves el aura. Sabes cuándo están enfermos y cuándo van a hacer mal. Sabes cuándo alguien merece la pena y cuándo no. Y yo creo en ti, pero me puede mi Fe ciega al amor y mis ganas de entregarme por completo, pues pienso que amar se me da bien y que haciéndolo la vida me compensará por cada fallo o error en cualquier otro ámbito que haya errado.
Ya sé que no hay que fiarse ni de quienes tienen los ojos verdes que sabes a primera vista que son traidores... Ni de quienes los tienen azules que sabes a ciencia cierta que son "mentireiros". Y en general, de los ojos de las personas que miran hacia un lado determinado, de una forma concreta, en un ángulo preciso. Y sé también, que si alguien te falla una vez, es mejor no seguir, no insistir. Pero me da por dar oportunidades.
Con todo lo que me has enseñado no entiendo como puedo estar otra vez en el punto de partida. ¿Me equivoco yo? Ayudar a quien no quiere tu ayuda es un grave error. Pero yo pienso que sí la quieren y entonces sigo por ahí pensando que estoy en el buen camino cuando lo único que estoy consiguiendo es hartar al personal.
El hombre bueno, lo que se dice bueno del todo, no existe. Pero hay quienes se creen invencibles. A esos es mejor apartarlos, dejarlos estar. Al margen de todo, la vida les ofrecerá lo que se merecen. Y tal vez no sea otra cosa que un yate, lo cual ya le convertirá en nauseabundo.
Existen seres con la inteligencia suficiente para destruir a otros. Esos seres se unen al sujeto que quieren exterminar, le seducen y en los momentos en que el otro se está dejando llevar, ellos observan, cual psicólogo, y se nutren de información para luego atacar con esa misma. Si te das cuenta, mamá, esos seres actúan como insectos. Captan el veneno de la tristeza del otro para luego crearle una tristeza gigaaaaante que termine por fin con el puto sujeto débil. Pero qué te voy a contar a ti si lo sabes de sobra. Si fuiste tu misma quien me alejó, cuando me junté con otro similar, para crear mi bienestar. Lo conseguiste, me prohibiste llorar y sufrir y ahora voy y, según me dejas un poco sola, vuelvo caer en la trampa de esos seres que ni siquiera se les puede llamar humanos.
Tú y yo nos entregamos hace muy poco a uno de esos. Le contaste, como es habitual en ti, toda nuestra vida, todos nuestros problemas que, quien crea que son inventados, que se meta en casa un mes. Y lo hiciste sin dilaciones, con emoción, porque eres auténtica. Gracias por hacerme heredar eso de ti. ¿Para qué? Para que ahora ese sujeto venga a escupirme en la cara. ¿Qué hacemos con la gente? ¿Acaso no es suficiente y determinante entregar, literalmente, tu vida a alguien? Pero da igual. Ese, jamás encontrará algo similar, porque la gente es muy mala en esta vida y pocos lograrán regalar de forma natural y sincera, cada paso, cada pensamiento, cada deseo e ilusión.
Ya mamá. También me hablaste que, quien por rencor, despecho o reproche, hace cosas dolientes tras una ruptura... Es un inmaduro. Un crío. Eso ya lo sabía yo y es todo culpa mía. Cuando me decías que me merezco un príncipe, no hablabas de lo que viene siendo el concepto en sí, si no de una persona REAL, de carne, hueso y alma, que sea capaz de entregar hasta la bilis, para estar los dos en el mismo nivel.
Y sí, te aseguro que de hoy en adelante buscaré un hombre que me quiera. O bueno, me quedo simplemente con que buscaré un HOMBRE.

Te quiero mamá.

martes, 17 de abril de 2012

?

Recorrido embotellado, leve. Sed de mal. De cómo cuando cae la noche el hombre se siente más valiente. Aguacero, debe ser eso. De cómo el sistema solar persiste a pesar del colmo de los buitres. Asumir tras rendir, agotar la sangre en vano. De pócimas, diría yo que van los tiempos. Un, dos, tres. Acompasados, siniestros. De cómo el vacío enlatado del recorrido embotellado y leve persigue a la sed del mal. Y el ruido que no es ruido, espanta. El silencio no existe. La miel es un ácido vestido de mamífero. El gris es olor pintado. Y los gusanos están tristes. Tristes y acompasados, y se sienten siniestros, pues viven en un eterno vacío enlatado, persiguiendo el fin de ese jodido recorrido embotellado y leve cargado de mieles disfrazadas de acidez y de olores que representan un gris como si estuviera pintado. Preguntas con respuesta inyectada en vena. Peligrosidad sin nieve: como si no existiera. Alto voltaje de mimbre sobre zarzamoras huecas, moribundas pero opacas. Verano mojado, teñido de invierno seco, pintado de un gris embotellado.

viernes, 13 de abril de 2012

Para usted, de una viuda.

Mi eficacia consonante me permite, disculpe usted mi atrevimiento, a renunciar de forma soberbia y perspicaz a una lucha poco inteligente entre la razón y el corazón. Si el envío intermitente de las señales que me dio en su día hubiera proseguido su camino, o al menos el camino que usted me prometió, nada de lo ahora acontecido sería cierto. Y lo inerte de esta situación no sería más que una maraña de sueños cortafuegos elegantes. Es un sin más absurdo, pero cierto. Y ahora, en la agonía de una noche sumergida espanto mis lágrimas: ya no lloro más, ya no tengo fuerzas para ejecutar tal esfuerzo. Que si usted ha mentido, no trate de reflejarlo en un ser que un día creyó ser andrógino. Que cargue usted mismo con su culpa. Que se olvide de los rencores y no trate de plasmar un problema inexistente en la piel mixta de su contrapuesto. Todo el infierno que ha creado no es merecido por el ser que ahora lo vive y sí por usted mismo, creador de infiernos. Su mente le ha servido no más que para falsificar un amor repulsivo hacia una persona que, teniéndoselo inmerecido, la ha acusado, la ha hecho cargar con el peso de unas sombras creadas por un pasado intacto y removido a la vez.
Sería cruel decirle algo mal sonante, a pesar de que usted ya lo haya hecho con el sujeto aquí perjudicado (el único perjudicado en realidad). Por eso el que calla otorga. Y al callar le recomiendo que se tome el tiempo necesario para concebir a otro ser, simplemente por el respeto de no volver a trasladar el juego que es su vida a los movimientos gratos y sinceros de la persona que en un futuro le acompañe, igual que los de quien hasta ayer le acompañó.
Y sin más concluyo diciendo que no es inquisición una ausencia de juego en la que la madurez es protagonista. Que la inquisición que usted se ha creado arraiga de una simulación perfecta para tener armas con las que juzgar a otros. Que la Libertad de estar preso en alguien implica confianza y no mentiras. Y que si han existido ya tres, no intente que el resto del mundo adopte una postura fácil para sus provocaciones.
Espero que aprenda, que aún le queda mucho. Y espero también que dentro de cuatro años sienta ustÉ lo que siente una persona con cien dedos de frente que solo quiere el bien y el amor inmenso, incondicional y puro. El amor de dos seres únicos que no quieren saber de normas y leyes. Que simplemente buscan y encuentran su bienestar en el corazón de su otro yo.