Terror en la luz.

El cielo es infinito para el pájaro entre rejas.

domingo, 6 de mayo de 2012

Vetusta Marla

No sabría definir con palabras lo que significan para mi. El porqué es muy sencillo: han marcado un antes y un después en mi vida. No es sólo música, no son sólo palabras. Es un todo, un cómputo de ideas, movimientos, sonidos. Creo escuchar lo más minucioso de sus melodías, aquello que casi es imperceptible. Son importantes, súmamente importantes. Recrean dentro de mi miles de momentos, con los cascos puestos caminando por Madrid, bailando por cualquier lugar, cerveza en mano, en la ducha, en el mayor de los dolores que un día pasé, en la más grande de las alegrías, en trabajos, que nunca dudé en utilizarlos para ello... Y un sinfín. Porque los conozco desde mediados del 2008, cuando allí empezaban a conocerse y cuando aquí no los conocía nadie. Aún recuerdo cómo la gente preguntaba con cara extraña: ¿Vetus qué? ¿Morla? Anda mira, es como Marla. Vetusta Marla (risas). Y es que ese nexo, aunque sólo sea nominal, nos une. Nos enlaza de tal modo que yo soy ya vetusta sin saber si considerarme Marla o Morla. Cualquier canción: Un día en el mundo, que me hizo ser fiera. Que me hizo darle con un canto en los dientes a todo aquel que quiso hacerme daño, pues gracias a eso fui luego feliz. Rey sol... Cuántas veces le pedí ayuda. Sálvese quien pueda, con ese videoclip que tantas comeduras de cabeza me dio. Copenhague... Sin comentarios, dos vidas idénticas, dos maneras, dos mundos... Valiente, que me enseñó a saber probar todas las flores del mundo en el momento adecuado, porque "ser valiente no es sólo cuestión de suerte". La marea... Una canción que pasó inadvertida por mi vida, pero que de vez en cuando me devuelve todo lo que he ido arrojando al Mar. Pequeño desastre animal... YO. Sin más. Cuadrar el círculo de la obsesión de la vida... Recibir un año más.. o un año menos... Al respirar: la canción. La que me llevó a la infancia, a los momentos más peculiares en 22 años. La canción de ellos que, sin duda, me marcó. SAHARABBEY ROAD, mi abuelo, que se lo llevó la tormenta y el tiempo y que con ello... Nada se pudo salvar. Es todo, todo. Y ahora, con Mapas, otra etapa más. Más sinfonías perfectas para oídos tan imperfectos como los míos. Más filosofías oscuras envueltas en palabras preciosas... Maldita dulzura (la nuestra), esos días extraños en los que uno baila como un lazo en un ventilador... Lo que nos hace grandes a todos, en mayor o menor medida, el impertinente hombre del saco, putrefacto, asqueroso, imbécil. Boca en la tierra, mi canción del disco:
"La antena está abierta esperando una señal
la señal que no llega a esta sala de espera es una eternidad.
Y el tesoro perfecto lo cubrió la tormenta
con aviones cruzándose en la noche más negra."
Canción de vuelta, escudo humano, mi suerte, cenas ajenas, baldosas amarilla, en el río... Mapas.. Para no perdernos.
Sin ellos, ya uno puede decir, estaríamos, sin enterarnos, perdidos.

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