Terror en la luz.

El cielo es infinito para el pájaro entre rejas.

jueves, 16 de agosto de 2012

Algunas reflexiones fuera de lugar.


Como un pisapapeles he regresado de ningún lugar en el que antes hubiera estado, machacando a la vida por las zonas dolorosas de su inimaginable organismo. Sin planes de guerra pero, pero supuesto, sin firmar la paz. Un regreso inoportuno y más que nunca inesperado.
De un cerramiento profundo, aislado y sangrante, renací con un simple abrir de ojos y una apertura de la pequeña ventana del baño. La reacción fue inmediata: los malos humos y las pestes diabólicas se esfumaron sin dejar rastro. Templanza. Solo es eso. Bueno, también consiste en, a veces, pensar y razonar, y dejar de lado por instantes el corazón.
Algunas de las reflexiones que alcancé en mi letargo fueron muy sencillas, pero absolutamente ciertas: “vive” y “sé libre”. ¡Qué fácil1, diréis, ¿no? Lo cierto es que sí. Vivir es crear un ambiente en el que se combine una sucesión de sentimientos de todo tipo. Si limitas la vida a un solo sentimiento, la escasez de aventuras y recuerdos te llevará a persuadir tu alma hasta el punto de hacerle entender que no puede haber nada más ni mejor. Vivir es amar cualquier punto, coma, resquicio o hueco de la vida. Es así y no puede ser de otra forma. Perderse en una espiral de una sola curva, es errar. Las espirales son símbolos de constancia que cada vez se aproxima más y más hacia la perfección. Simbolizan la eternidad. Y nada puede ser eterno si se compone de un solo giro sustancial. Nada puede ser infinito si no se ve rodeado de imperfecciones. La espiral más perfecta no es la más cuidada ni la mejor elaborada, sino aquella tan salvaje y natural que no necesita macerar. Solo necesita vida. Ya solo con esta explicación pasamos, fundimos, mezclamos la primera reflexión con la segunda: “sé libre”.
Libertades existen muchas, de muchos tipos. Yo solo conozco una: la de estar preso en alguien. Es complicado de explicar. “Si estás preso, -diréis-, ¿cómo vas a ser libre?” Precisamente ahí se encuentra el misterio y a la vez la verdadera solución. Si la interpretamos “a bote pronto”, podemos caer en el error de darle un significado que en realidad no es. No quiere decir que lo más maravilloso del mundo sea atarse a una persona, encerrarse en ella y no querer mirar más allá. O al menos, para mí YA no dice eso. Antes, reconozco que sí. Porque como ya todo el mundo sabe, yo amé más de lo debido.
La Libertad de estar preso en alguien es la espiral que habita en cada persona, en cada cosa, en cada palabra, en cada gota de sudor. Se trata de construir acciones de forma libre que te lleven sin pensarlo a obtener una conexión perfecta con otro sujeto, objeto, frase… Sin hacer un esfuerzo superior al que la propia acción necesita. Un ejemplo:

Tengo sed, porque llevo más de dos horas sin beber agua y estamos a 45 grados. No fuerzo la situación. No bebo para llenar el estómago de agua o para evitar la retención de líquidos, sino que bebo porque tengo la necesidad de hacerlo y mi cuerpo, si no bebiese, se deshidrataría. Entonces ejerzo la acción. Me levanto, lleno el vaso de agua y bebo. En esa sucesión de movimientos, expresiones, pensamientos… Solo hay unos, determinados, que son los que prevalecen sobre los demás. Debemos intentar, cada día más, evitar gestos que sobran y realizar aquellos justos y necesarios que nos harán libres. Aunque también… Lo cual conlleva un sobreesfuerzo en la Libertad de cada individuo… Podemos buscar e incluir acciones que sean incluso mejores y que nos hagan no solo ser personas, sino las mejores personas del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario